jueves, 7 de junio de 2012

UNIDAD IV - SEMANA 7

ESTUDIOS CULTURALES DE BIRMINGHAM

Los puntos de coincidencia entre las investigaciones británicas y norteamericanas son muchos. En primer lugar, esto se da por el idioma; pero también por razones políticas y económicas, especialmente durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Pero sin duda, uno de los principales aportes a la teoría de la comunicación pertenece al Centro de Estudios Culturales de Birmingham (Centre for Contemporary Cultural Studies - CCCS) fundado en 1964, en la Universidad de Birmingham como un centro de estudios sobre las formas, las prácticas y las instituciones culturales (expresiones culturales) y sus relaciones con la sociedad y el cambio social. Así, el CCCS se constituye en uno de los movimientos más avanzados en cuanto al estudio de los medios de comunicación como instrumentos culturales del poder para la cohesión social.

ANTECEDENTES:


Los Cultural Studies antes de los Cultural Studies: La gran tradición de la literatura inglesa.

Surge a lo largo de la última tercera parte del siglo XIX una problemática, conocida bajo la denominación de "Culture and Society", por la que se interesaban autores tan distintos como Matthew Arnold, John Ruskin o William Morris. Más allá de sus diferencias políticas –al contrario de los dos primeros, Morris, tras un largo desvío por la poesía romántica, empieza a militar en la izquierda política y es uno de los cofundadores de la Socialist League–, los tres comparten una misma actitud crítica, de tipo culturalista, hacia la "civilización moderna". Estigmatizan al siglo XIX como el "siglo de los perjuicios ambientales", en el que triunfan el "mal gusto" de la "sociedad de masa" y la "pobreza de su cultura": Trabajo mecanizado, urbanismo inorgánico, uniformización en el vestir, proliferación de paneles publicitarios, omnipresencia de productos alterados. Todo esto desfiguró la vida cotidiana y destruyó el "deseo de producir cosas hermosas". Centrada en las nociones de beneficio y producción, la mentalidad utilitarista de la nueva clase media en el poder redujo el arte al papel de ornamento no rentable.

Si se la compara con los países del continente, la sociedad victoriana está, en aquel entonces, en la vanguardia, por lo que respecta al nacimiento de formas culturales vinculadas con el sistema industrial. A esta precocidad se debe sin duda, por lo menos en una gran medida, el que algunos de sus intelectuales se hayan adelantado en las críticas contra las "consecuencias culturales del advenimiento de la civilización moderna". Raymond Williams dio buena muestra de dicha precocidad cuando describió la génesis del sistema publicitario británico como "sistema organizado de información y persuasión comerciales", piedra de toque del sistema de los medios de comunicación social. Por ejemplo, es en la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XIX donde se libran las primeras escaramuzas jurídicas acerca de la regulación de este tipo de actividad. Fue de ahí de donde surgieron las primeras críticas activas a este tipo de cultura industrializada, inherente a un "capitalismo a gran escala", y también fue este país el que alumbró los primeros códigos deontológicos y las primeras organizaciones corporativas de defensa de la profesión, tanto a nivel nacional como al de las alianzas internacionales (Williams, 1991). Gran Bretaña adelanta al resto del continente en cada generación técnica (por ejemplo, en 1962 el 82 por ciento de sus hogares está dotado de televisores, porcentaje que se reduce a un 27 por ciento en Francia, un 29 por ciento en Italia y un 41 por ciento en la RFA).


Figura central en la tradición "Culture and Society", Matthew Arnold, autor de Culture and Anarchy (1869), preconiza la enseñanza de la literatura inglesa en las escuelas del Estado, como medio para salir de la crisis ideológica en la cual está hundida la sociedad desde que la religión dejó de cohesionarla. Sin embargo, el papel emancipador que, supuestamente, debían desempeñar las grandes obras literarias, no tarda en revelar su ambigüedad social. Si bien esta empresa de transmisión de los valores morales a través del libro heleniza a la clase media beocia, la nueva clase dominante, también se le encomienda la misión cívica de pacificar e integrar a la clase obrera. Como apunta con ironía Terry Eagleton, teórico de los estudios literarios y culturales: "Si las masas no reciben algunas novelas sobre la cabeza, corremos el riesgo de que nos tiren algunos adoquines". (Eagleton, 1994, 24). Resulta significativo el que haya sido primero en las escuelas técnicas, en los colegios de formación profesional y en los cursos de educación permanente donde empezó a institucionalizarse la enseñanza de la literatura humanística.

Podemos mencionar, además, la influencia de pensadores como Antonio Gramsci y Frank Raymond Leváis.

§  Antonio Gramsci:


Italiano, nacido en Cerdeña en 1891, participó en la creación del Partido Comunista Italiana, fue diputado, criticó el fascismo y fue encarcelado en 1926. Recuperó su libertad en 1937, pero falleció poco tiempo después. Mientras estaba preso escribió una serie de reflexiones en 33 cuadernos escolares que se publicaron con el título de Cuadernos de la cárcel. Tiene una nueva visión del marxismo y considera que las crisis económicas no provocan movimientos revolucionarios sino que crean crisis ideológicas.
Planteó una serie de conceptos que resultan claves para la comprensión de las propuestas del CCCS:
-          El conjunto social consta de dos grandes planos superestrutrales: 1) al que podemos denominar sociedad civil, formado por los organismos privados. 2) el plano de la sociedad política o Estado, que cumple la función de hegemonía. Este grupo de dominio ejerce funciones organizativas y conectivas.
-          Además Gramsci establece una distinción analítica para lo social. Esta distinción es trinaria pues menciona la existencia de una estructura económica. El Estado es el instrumento para adecuar a la sociedad civil a la estructura económica.
-          Es un objetivo de las tareas políticas para la transformación social crear vías alternativas de hegemonía dentro de los mismos organismos de la sociedad civil. Para esto, se necesita de personas preparadas (Gramsci menciona a quienes trabajan con el intelecto). La educación desempeña aquí un rol importante. Hay que partir desde el que sabe y llegar al que no sabe o no ha tenido acceso a la educación.

§  Frank Raymond Leavis.

Intelectual de origen modesto, es el primer teórico de la literatura inglesa que logra ingresar en los bastiones de la aristocracia: Oxford y Cambridge. Desarrolla un discurso a favor de la protección de los alumnos (escolares, universitarios), contra la cultura comercial. Considera que el desarrollo del capitalismo industrial y sus expresiones culturales (cine) tienen un efecto pernicioso en las distintas formas de la cultura tradicional. Leavis se opone a este capitalismo industrial como sistema y al lugar que ocupan los medios de comunicación en su desarrollo en Gran Bretaña.

En 1932 funda junto a otros pensadores la revista Scrutiny, donde proponen utilizar las escuelas para propagar el conocimiento de los valores literarios. Esta revista se convierte así en el centro de una cruzada moral y cultural que mediante el estudio de la literatura ofrecerá respuestas variadas (ricas), complejas, maduras, sagaces y moralmente serias que permitirá a los individuos sobrevivir en la sociedad mecanizada de las novelas de consumo, del trabajo alienante, de los anuncios estúpidos y de los medios de comunicación embrutecedores.

Contexto: La Nueva Izquierda Europea


Es un movimiento surgido a fines de los años 50, formado por intelectuales ingleses que buscan nuevos planteamientos en el marco del pensamiento socialista, revisando sus concepciones acerca del marxismo ortodoxo y el leninismo, es decir buscan la apertura del marxismo que había sido trastocado por el  socialismo dogmático de Lenin  y    Stalin.

El período de  bonanza y desarrollo económico que se produjo después de la Segunda   Guerra Mundial caracterizado por salarios elevados, ocupación plena, mejoramiento del nivel de vida y extensión de la enseñanza permitió  a los  intelectuales surgidos de las clases trabajadoras acceder a las universidades, estos intelectuales son lo que formarían el Centro de Estudios Culturales, hombres comprometidos por decisión y también por origen con la cultura de sectores que no habían podido acceder a estudios superiores.


Lineamientos teóricos

En 1972 crean la revista WORKING PAPERS  IN  CULTURAL STUDIES (WPCS) que será en adelante su órgano de expresión.

Sus estudios se centran en:

§  Preocupación por la manera de jerarquizar las formas culturales en la sociedad inglesa, por eso criticaron el elitismo de la cultura tradicional inglesa y su tajante separación entre alta cultura y la vida cotidiana.

§  Cuestionaron a la cultura tradicional británica desde la crítica literaria y aspiraron a un nuevo estilo de enseñanza de la literatura inglesa.

§  Propusieron la democratización de la actividad cultural, para ellos la enseñanza debía ser horizontal, sin privilegios, por lo tanto, abogaron por un sistema nacional de enseñanza capaz de dejar atrás dicha estructura que privilegiaba lo aristocrático (sociedad inglesa altamente clasista).

§  Plantearon examinar prioritariamente la cultura de la clase trabajadora inglesa con el objetivo de ayudarla en su lucha por su auto expresión.

§  Cuestionaron y atacaron a los medios de comunicación como instrumentos para mantener la continuidad y conservación de una sociedad altamente estratificada.


Fundación y desarrollo:

El origen del CCCS se remonta a 1964. Su primer director fue Richard Hoggart, quien dejó la dirección en 1968 para asumir el cargo de Director General Adjunto de la Unesco. Le sucedió el investigador jamaicano Stuart Hall, quien se mantuvo a la cabeza del centro hasta 1979. Sin duda, que la época de mayor esplendor del Centro de Estudios Culturales de Birmingham se remonta a este período, pues inclusive en 1972 se creó una revista exclusiva para exponer los artículos que eran producto de opíparas investigaciones. Este medio se llamó Working Papers in Cultural Studies (WPCS)

El CCCS partió con las ideas fundadoras publicadas en las obras de Richard Hoggart, Raymond Williams y el historiador Edward P. Thompson, este último definió la cultura, en su texto The Long Revolution (1965), como “ese proceso global a través del cual las significaciones se construyen social e históricamente; la literatura y el arte no son más que una parte de la comunicación social” . Por su parte, Williams se inclina por un marxismo más complejo que permite analizar la relación entre la cultura y las prácticas sociales, iniciando con esto el debate “acerca de la primacía de la base sobre la superestructura, que reduce la cultura sometiéndola al dominio de la determinación social y económica”.

Representantes:

  1. Richard Hoggart:

Es profesor de literatura inglesa moderna. En 1957 publica ‘The Uses of Literacy’ , donde describe los cambios que trastornan el modo vida y las prácticas de las clases obreras. Además, recurre al análisis literario de las publicaciones populares. Se dirige a “legos inteligentes” y no a un público especializado.  Sus indicadores para estudiar la clase obrera son ante todo: el habla, las frases de uso común, el estilo del habla, los dialectos urbanos, el acento y la entonación.

Hoggart hace hincapié en las tradiciones y la familiaridad. Destacando los espacios como la familia y el vecindario como lugares de reserva frente a los ataques del mundo del trabajo, el gusto por lo inmediato y la creencia en el destino. Asimismo, critica a los medios de comunicación señalando que estos pretenden simular o crear una sensación ficticia de igualdad y supuesta libertad; pero que provocan un aligeramiento en las costumbres. Reconoce también que los sectores populares de Inglaterra han sido capaces de mantener tradiciones, pero también de cambiarlas a su favor. Por ejemplo han pasado de la vida rural a la urbana sin convertirse en un lumpen proletariado. Señala que se da una correlación entre superación material y pérdida cultural, donde la cultura se desgasta a favor de la diversión de masas y respuestas emocionales generalizadas.

  1. Raymond Williams:

Publica en 1959 las obras ‘Culture and Society’ y ‘The long revolution’. Aquí sus propuestas teóricas plantean una ruptura con la tradición literaria que plantea a la cultura fuera de la sociedad. Considera a la cultura como un proceso global mediante el cual significados y definiciones se construyen social e históricamente; la literatura y el arte no son más que una parte de la comunicación social. Williams no apela a las diferencias típicas de la época entre cultura alta, media y baja, como lo hacían los funcionalistas y los críticos. Más adelante en su obra ‘Marxismo y Literatura’ explica su posición a la que denomina materialismo cultural, una teoría donde estudia la producción cultural y literaria dentro del materialismo histórico.

Williams rompe también con el marxismo reductor, estudia la relación entre la cultura y las demás prácticas sociales e inicia el debate acerca de la primacía de la bases sobre las clases dominantes (superestructura) que reduce la cultura sometiéndola al dominio del poder económico y social. De tal manera,  Williams brinda nuevos conceptos para algunos términos tales como:

  1. Hegemonía: (tomado de Gramsci) Es un proceso que se da cuando las fuerzas activas sociales y culturales constituyen sus elementos necesarios, es decir, todo un cuerpo de prácticas y expectativas en relación con la totalidad de la vida.
  2. Cultura arcaica: producción cultural del pasado y que ya no está vigente (matrimonio por acuerdo).
  3. Cultura residual: con ser del pasado, aún se halla en actividad dentro del proceso cultural actual.
  4. Cultura emergente: se refiere a los nuevos significados y valores, las nuevas prácticas culturales.

Williams aboga por una enseñanza horizontal que se olvidará de la verticalización de las estructuras sociales de su país y considera además que “ningún modo de producción y por lo tanto ningún orden social dominante y por lo tanto ninguna cultura dominante verdaderamente incluyen o agotan toda la práctica humana, toda la energía humana y toda la intención humana”.

  1. Edward Thompson:

Publica en 1968 ‘The making of the English working class’.  Thompson no habla de cultura, sino de culturas (en plural). Plantea que la historia está hecha de luchas, tensiones y conflictos entre culturas y modos de vida. Estos conflictos ligados a las culturas también lo están a las formaciones de clases. Sostiene, por otro lado, que no existe crecimiento económico que no sea al mismo tiempo un cambio en una cultura. Incluye para el análisis elementos como:
-          Las formas de entretenimiento y de solidaridad social de la clase obrera inglesa, así como sus gustos.

  1. Stuart Hall:

Asume la dirección del Centro entre 1968 y 1979. Durante esta etapa el Centro experimenta su mayor desarrollo. Hall planteó una serie de modificaciones en los planteamientos del Centro, se muestra disconforme y crítico con el empirismo y la supuesta objetividad de las ciencias sociales en Norteamérica. Considera que los medios no pueden ser estudiados sólo desde una óptica empírica y conductista, pues esto implica la concepción de una audiencia pasiva, por lo que propone un análisis totalizador (como los críticos de Frankfurt) en el que se tomara en cuenta los distintos contextos históricos, sociales y económicos en los que se desarrollaban los medios de comunicación.

Para Hall el concepto cultura significa la actividad a través de la cual hombres y mujeres hacen historia, con lo que supera el papel residual que se le había asignado a la cultura desde el análisis marxista. De otro lado, manifiesta su preocupación por trabajar en una dimensión etnográfica y analizar los valores y significaciones vividas; así como las formas en que las culturas de los distintos grupos se comportan frente a la cultura dominante.

En 1973 publica el artículo ‘Encoding/Decoding’ que enfoca el proceso de comunicación televisivo, según cuatro momentos claros: producción, circulación, distribución/consumo y reproducción. Hall plantea, también, el análisis de las revistas femeninas, de los programas de ficción y de información en la televisión, de los discursos de prensa que constituyen el corazón de las investigación del Centro. Para esto propone la idea original de constituir grupos de trabajo centrados en los diferentes campos de investigación mencionados.


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